La piel brinda una protección de barrera con el medio externo, además minimiza las pérdidas hídricas, funciona como un regulador de la temperatura corporal, nos protege de las radiaciones ultravioletas y de los agentes infecciosos siendo una de las primeras barreras biológicas de defensa impidiendo la entrada de organismos patógenos a nuestro organismo.

Por eso la piel nos define como individuos ya que es capaz de narrar nuestra historia, por lo cual es muy importante antes de empezar una rutina básica de cuidado facial identificar y conocer la clasificación de los biotipos cutáneos.

¿Qué son los biotipos cutáneos?

El término biotipos cutáneos se designa a los distintos tipos de piel, por cuales se clasifican de acuerdo a la secreción de las glándulas sebáceas y sudoríparas, siendo estas secreciones parte del manto hidrolipídico que constituye una capa emulsionada, es decir, tiene una fase acuosa y una fase oleosa, que se encuentra en equilibrio, proporcionando lubricación y humectación a la piel.

Las secreciones de las glándulas sebáceas conforman la porción lipídica de manto hidrolipídico, que a su vez está constituidas por ceramidas, colesterol, ácidos grasos libres y restos del proceso de queratinización epidérmica, mientras que las secreciones de las glándulas sudoríparas conforman la porción hídrica del manto hidrolipídico, que está compuestas por cloruro de sodio, potasio, amoníaco, ácido láctico y urea.

Cuando este equilibrio se altera porque se ve afectado por factores ambientales o propios del individuo, se van a modificar las características cutáneas, lo que generará los diferentes biotipos que existen.

En conclusión, para poder identificar y clasificar los tipos de piel podemos decir que si la piel funciona equilibradamente, es normal; si hay un desequilibrio en su proporción de agua o grasa, entonces la piel será seca, grasa o mixta según la carencia.

Piel seca

La piel seca se desarrolla principalmente por la disminución de agua en el estrato córneo que se debe a un defecto que conlleva a la pérdida de agua transepidérmica.

Por lo cual la sequedad de la piel se caracteriza por una textura áspera, presenta descamación, aspecto opaco y se puede observar grietas, poros pequeños, pérdida de flexibilidad y elasticidad. Adicionalmente también se puede asociar a los bajos niveles de producción de sebo, pero va depender mayormente de la insuficiencia de agua.

Existen personas que presenta una piel muy seca pero sensible, los cuales pueden experimentar eritemas y prurito, debido a la susceptibilidad de respuesta a alergenos que desarrolla las erupciones o dermatitis. También pueden traer complicaciones como arrugas y pliegues prematuros.

Piel grasa

La piel grasa se caracteriza principalmente por mantener los niveles óptimos de humectación de la piel, no hay una pérdida importante de agua transepidérmica. Este tipo de piel presenta una mayor producción de sebo por la glándula sebácea, aspecto brillante, poros abiertos, textura untuosa y aceitosa.

Se asocia generalmente a la aparición de acné como comedones (espinillas) o la aparición de lesiones como pápulas, pústulas, nódulos, por lo cual es muy común este tipo de piel en la pubertad por los procesos hormonales que estimula la actividad de las glándulas sebáceas.

Piel mixta

La piel mixta presenta una combinación entre una textura áspera y seca en algunas zonas y en otra zona posee una apariencia brillante y grasosa. Normalmente se observa las áreas grasas en la zona T del rostro (frente, nariz, mentón) o zona H invertida (frente, nariz, mentón y porción central de las mejillas) debido a que no existe una homogeneidad de distribución de las glándulas sebáceas y dependerá de su localización.

Además, se observará otras áreas del rostro como las mejillas laterales y el contorno de ojos, que van a poseer una disminución de agua por lo cual conlleva un aspecto opaco. Por lo cual es una piel que debe ser tratada de forma especial, ya que reúne no solo las características de ambos tipos de piel, sino también sus inconvenientes.

Piel normal

El tipo de piel normal se debe a un resultado de un equilibrio del manto hidrolipídico, por lo cual, no presenta ninguna alteración y la hidratación cutánea es normal.

Se caracteriza por un color uniforme, por ser flexible, posee un tacto suave, liso, y no presenta lesiones visibles. Además, los poros se encuentran pequeños, no presenta un brillo grasiento. No conlleva a líneas de expresión prematuras, sino que evoluciona de acuerdo a la edad.

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Bibliografía:

• Baumann L, Amini S, Weiss, E. Nueva clasificación de los tipos de piel y sus implicaciones en Dermatología Cosmética. Dermatología Venezolana. Vol. 43, Nº 4, 2005
• Rivas. E. Estudio e identificación de los distintos tipos de piel. Revista digital para profesional de la enseñanza. Andalucía, España. 2009
• Merino J, Noriega M. La piel: estructura y funciones. Fisiología General. Universidad de Cantabria.